Espero que os guste tanto como me gustó a mí.
El cuento es el siguiente:
Existía una vez una mujer llamada Sara, que poseía en su interior una maravillosa luz dorada.
Sin embargo ella no podía ver esa luz dorada, ni sabía que estaba dentro de ella. Pero, por extraño que le pareciese, podía sentirla llamándola.
Intuía que ésta contenía todos los secretos que necesitaba saber acerca de quién era ella realmente y el motivo por el cual estaba en este mundo.
Contenía la llave que abriría la puerta a todo lo que su corazón deseara, y todo lo que su alma ya conocía.
Ella sabía que había algo más en la vida que la realidad que veía a su alrededor. Sentía que existía otra forma de vivir y estaba decidida a encontrarla.
Sara intuía que la luz dorada le ayudaría así que se puso en camino para buscarla.
Se encontró con muchos obstáculos y sombras, fatiga y desánimo, pero aún así siguió buscando.
También coincidió con algunas personas que hablaban de esta luz dorada, aunque aún no la habían encontrado. Eso le dio esperanza para seguir, pues existían más personas como ella, que sentían lo mismo.
Sin embargo, cuanto más se acercaba a encontrar su luz, sentía más intensamente sus miedos más profundos, aunque también sus sueños más elevados.
Su mayor miedo era que sus increíbles sueños no llegaran a suceder, que fuesen una ilusión, o lo que era aún más aterrador, que fuesen ciertos y entonces ¿todo cambiaría en su vida?.
Su preocupación le hacía dudar de lo que su corazón sabía. ¿Y si todo fuese una ilusión?.¿Y si la luz dorada no existe?. ¿Y si mi búsqueda no me lleva a ninguna parte?.
Todos sus seres queridos le decían que debería dejar de buscar y centrarse en lo que sí existe, que siempre estaba en las nubes y que debería de ser más realista. Que la vida es dura y hay que tener los pies en el suelo y luchar por sobrevivir. Que los finales felices sólo existen en los cuentos de hadas. ¿Y si tenían razón?.
Sara estaba muy confundida y cansada. Se había encontrado con otra colina más en su camino y ya no sabía si tenía la fuerza para escalarla, sólo para quedar decepcionada otra vez cuando la hubiese subido.
Esta sombra era el "MIEDO" y en él estaban contenidos todos los obstáculos del camino para poder llegar a la cima y poder ver por fin que es lo que había en el otro lado.
Contenía las partes de ella que no confiaban en su propio conocimiento interior innato. Las partes de ella que en alguna ocasión habían seguido a su corazón y habían sido lastimadas. Contenían las creencias que le decían: "En realidad no te mereces ser feliz". Estaban llenas de mucha culpa y autocrítica lo cual afianzaba en su mente la idea de: ¿Y si estaba cometiendo un error?.
Sara miró fijamente al "Gran Miedo" y supo que había llegado a una encrucijada.
Una parte de ella sentía que sería mucho más fácil dar la vuelta y olvidarse de lo que habría en el otro lado de la colina.
Sin embargo tenía un sentimiento persistente en su interior que le decía que sus intuiciones eran reales. ¿Y si su corazón tenía razón y estaba tratando de apuntarle su dirección correcta?. ¿Y si no estuviera más que a unos pasos de su destino?.
En ese momento la gran sombra le habló. El Miedo dijo estas palabras: "Si quieres lo que deseas tienes que pasar a través de mí".
Sara estaba asustada y le dijo al miedo: ¿Cómo puedo pasar a través de ti?. Tú eres tan grande, y yo tan pequeña. Además está tan oscuro ahí. ¿Y si me pierdo y nunca encuentro la salida?.
¡Creo que tú eres una señal de que me debo quedar aquí!.
El Miedo se echó a reír. Él sabía cuál era el camino para pasar a través de él, pero nunca se lo diría a Sara.
Disfrutaba mucho del poder que tenía sobre la gente.
Afortunadamente en ese momento salió el gran Sol. Él portaba la energía de la luz y pensó que ya era hora que Sara recibiera un mensaje que necesitaba oír.
Le dijo entonces:" El camino a través del miedo es usar tu Luz".
Sara le contestó: "Sí, ya lo intuía, pero el único problema es que me está resultando muy difícil encontrarla".
El Sol se limitó a decir: "Mira dentro de ti. La luz siempre ha estado dentro de ti. Es como una gran antorcha que brilla constantemente, sólo tienes que darte cuenta de eso".
Entonces Sara miró hacia dentro, como tantas otras veces había hecho, pero esta vez lo hizo con los ojos del amor hacia si misma y..., efectivamente ¡ allí había una gran luz resplandeciente !."¿Cómo no la había visto antes?.
El Sol le respondió: " El camino a través del miedo es saber que la luz en tu interior va a guiarte siempre en tu camino, no dudar de ella, no dudar de ti si te guía tu corazón. No tienes que ver todo el camino delante de ti, tan sólo con que tu luz te ilumine un paso es suficiente para avanzar. Esa es toda la luz que necesitas con cada paso. Da un paso a la vez y la luz te seguirá guiando hasta que hayas atravesado el miedo".
Sara ya tenía una opción, emprender ese gran viaje a través del miedo sabiendo que tenía su luz dentro de ella, que nunca podría apagarse. Y así lo hizo, se puso a atravesar el Miedo. Conforme caminaba a través de él, empezó a darse cuenta que la sombra empezaba a disiparse. Se dio cuenta que ella ya no suponía un desafío para el Miedo, pues había empezado a adentrarse en él con su luz y notó como éste buscaba otra persona a la que echarle su sombra. Aunque aún sentía temor, cada vez confiaba más en su luz interior y empezó a sentir mucha emoción y alegría. La energía dentro de ella, que era una guerrera espiritual sin saberlo, comenzó a activarse.
Con cada paso empezó a creer más en sí misma y eso enfurecía al miedo que, viéndose derrotado le gritaba diciéndole que sólo conseguiría hacerse daño, en un intento desesperado de volver a tener el control. Pero Sara ya no estaba entre las garras del miedo, su luz interior cada vez brillaba con más fuerza dirigiendo sus pasos cada vez más veloces hacia lo alto de la colina.
Al correr más rápido ocurrió algo extraño, ¡¡empezaron a brotarle alas de la espalda!!. Corría tan rápido ahora que sus pies casi no tocaban el suelo, hasta que se dio cuenta que ¡estaba volando!. Se remontaba en el aire como un pájaro sintiéndose plenamente feliz y libre. Era la sensación más maravillosa del mundo. Ya no importaba descubrir qué había en lo alto de la colina, lo que realmente importaba es que se había descubierto a sí misma.
El Miedo quedó atrás, de brazos cruzados y dijo: ¡Otra que se me escapó!. Sin embargo, en secreto, el Miedo sonreía, estaba feliz por Sara.
No mucha gente sabía esto acerca del miedo, pero en realidad él existía para empujar a la gente a su máximo potencial. Con cada liberación, con cada par de alas que brotaban, el Miedo se alegraba para sus adentros pues había cumplido su cometido.
¿Cómo podríamos conocer el alcance de nuestra valentía, de nuestra fuerza, fe y confianza nosotros mismos si no fuera por el Miedo bloqueando nuestro camino y obligándonos entonces a ir hacia dentro y encontrar nuestra Luz?.
No huyas de tu miedo ni lo rechaces, atraviésalo con tu luz.
"El miedo es tan grande como el poder que le damos"