"NO EXISTEN DÍAS GRISES SI HAY LUZ EN TU CORAZÓN"

miércoles, 28 de agosto de 2013

EL CAMINO

Un día alguien me preguntó: ¿cómo supiste que tenías que cambiar de rumbo y hacerlo de una manera tan radical?.
Ante esta pregunta me quedé sin saber que decir, pues no encontraba como explicar con palabras lo que sabía cierto desde el fondo de mi corazón, sin que la lógica interviniese. Entonces se me ocurrió el siguiente cuento, porque pensé que en un cuento todo es posible y nada se cuestiona.

Erase una vez una mujer de unos cuarenta años que circulaba por una autopista con muchos carriles y bien asfaltada, con un coche no muy lujoso, pero bien equipado para ese tipo de viaje. A su alrededor circulaban otros coches parecidos al suyo y en cada uno de ellos viajaba un único conductor.
A veces alguno se desviaba y tomaba una salida que le llevaba a un enlace de otra autopista.


Ella iba en el suyo hacia una ciudad, a la que se suponía debía llegar porque ese era su camino. Pero lo cierto es que nunca llegaba y sólo circulaba con prisa y sin prestar atención a los demás conductores, salvo cuando estos invadían su carril.
El camino era fácil, sólo había que seguir y ella conducía un buen coche, pero no le hacía sentir feliz.
Estaba lleno de normas que ella no había fijado, asfalto que no me gustaba y parecía que todo el mundo tenía prisa por llegar, adelantándose mutuamente y con semblante malhumorado.
Incluso ella lo hacía en alguna ocasión. Pero no era feliz, y a pesar de ello seguía por la autopista porque todo el mundo lo hacía y ¿cómo podía no estar contenta?.
En un momento determinado su coche empezó a dar señales de que algo no funcionaba, y lo único que pensó es: ¡Qué inoportuno. A ver si puedo llegar antes de que se pare!.
Así que no le prestó atención y siguió forzándolo para llegar a donde fuera que tuviese que llegar. Pero su coche, tan bien equipado, empezó a fallar cada vez más hasta que fue imposible continuar. Así que sin desearlo tuvo que tomar la 1ª salida, que no estaba bien señalizada, esperando poder arreglar su coche y así regresar a la autopista.
Pero conforme más avanzaba, más solitaria parecía la carretera y se adentraba en caminos secundarios que no conducían a ninguna parte. A todo esto ella sólo pensaba en encontrar un taller para arreglar su coche. Se decía a mí misma lo desgraciada que era y se preguntaba ¿por que me tenía que haber pasado eso a mí, porque sin duda iba a llegar tarde?.
Pero el tiempo pasaba, y por los pueblecitos que iba encontrando en su camino, nadie podía arreglar su coche de ciudad. Sólo sabían ponerme parches para continuar hasta el siguiente pueblo.
Cuando entendió que ya se había desviado mucho de la autopista, y que probablemente ya no pudiese llegar con su coche destartalado, fue cuando por 1ª vez empezó a ver el camino por el que circulaba.
Su velocidad era muy lenta, pero hasta ese momento no se había parado a mirar el paisaje que la rodeaba.
Había árboles, pájaros, el sol brillaba, la hierba olía a rocío, pero no los había visto hasta ese momento.


Entonces, por primera vez en mucho tiempo se dibujó una sonrisa en sus labios.
No había visto lo hermoso que era su nuevo camino porque sólo había querido huir de él, pero si lo miraba atentamente, le hacía sentir feliz.
Ya no se veían coches a los que adelantar o que la adelantasen, no había asfalto sino naturaleza, y las normas no existían, pues en "su camino", podía parar y hacer lo que quisiese.
Empezó a pensar que posiblemente fuese una suerte que su coche se hubiese estropeado para poder encontrar ese caminito que esbozaba una sonrisa en su cara.
Fue entonces cuando aceptó que su coche ya no podría ir por la autopista nunca más, y tampoco querría ya regresar aunque pudiese. Ante ella tenía un camino nuevo al que adaptarse y descubrir, pero era el suyo y empezaba a tener sentido.
Dicen que aún sigue en él, recorriéndolo sin prisa. Equivocándose y regresando cuando se da cuenta que la nueva ruta elegida no dibuja esa sonrisa en sus labios. Descubriendo lo que ya existe con otros ojos. Porque la autopista ya no va con ella.

Al acabar mi cuento entendí que en realidad no se lo había contado a esa persona que me preguntó, sino a mí misma y sonreí.

Si esta historia no te dice nada, piensa que sólo se trata de un cuento, y los cuentos, cuentos son........!.


"Lo que verdaderamente importa no es llegar, sino disfrutar del camino"
 
Shira