"NO EXISTEN DÍAS GRISES SI HAY LUZ EN TU CORAZÓN"

sábado, 13 de abril de 2019

EL ELEFANTE ENCADENADO

La siguiente historia está extraída de un libro de Jorge Bucay ("Déjame que te cuente"), que me impresionó mucho cuando la leí por primera vez y refleja cuanto nos limitamos a nosotros mismos.
Me he permitido adaptarlo un poco para que se ajuste más al contenido de este blog.
Espero que os guste.


Una vez existía un niño al que le encantaba el circo y los animales que en él podía ver.
Especialmente se sentía muy atraído por los elefantes. Así que, cuando supo que un circo iba a visitar el pequeño pueblo en el que vivía, le pidió a su abuelo que le llevase a verlo, ya que solían hacer muchas cosas divertidas juntos y seguro que su abuelo estaría encantado.
Cuando llegó el día de la función, el niño sólo estaba esperando para ver la actuación del elefante.
Por fin éste apareció exhibiendo toda su fuerza y su imponente presencia para deleite del niño.
Sin embargo, cuando después de la función le pidió a su abuelo que le llevase a ver dónde descansaba el elefante, lo vio atado a una cadena que aprisionaba una de sus patas sujeta a una pequeña estaca clavada en el suelo.

El niño observó que la estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en el suelo. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa, le pareció que ese imponente animal sería capaz de arrancarla con facilidad de la estaca y huir.
El niño le preguntó entonces a su abuelo lo que parecía evidente: "¿Por qué no huye el elefante?".
A lo que su abuelo le respondió; "Porque está amaestrado".
Entonces el niño hizo otra pregunta a su abuelo: "Pero si está amaestrado, ¿por qué lo encadenan?".
A lo que su abuelo ya no supo qué contestar.

Pasaron los años y aquel niño casi olvidó el misterio del elefante y la estaca. Hasta que un día, siendo ya un joven, encontró a otra persona que había sido lo bastante sabia para encontrar la respuesta y le dijo: "El elefante del circo no escapa porque cree que ¡¡¡NO PUEDE!!!!. Ha estado atado a una estaca desde que era muy, muy pequeño. En aquel momento sí que intentó soltarse empujando y tirando de la estaca pero, como era pequeñito, a pesar de todo su esfuerzo no pudo conseguirlo. La estaca era entonces demasiado fuerte para él.
Seguramente lo probó varias veces, pero nunca podía liberarse y acabó agotado. Hasta que un día, un terrible día para el elefantito, acabó aceptando su impotencia y se resignó a su destino.
Este elefante enorme y poderoso que vemos en el circo atado a una estaca, no se escapa porque cree que ¡NO PUEDE!.
Y lo peor es que jamás intentó poner a prueba su fuerza otra vez"

Ante esta explicación, el joven se entristeció y pensó que todos somos un poco como ese elefante del circo.
Vamos por el mundo atados a cientos de estacas invisibles que nos restan libertad.
Vivimos creyendo que no podemos hacer un montón de cosas simplemente porque alguna vez las intentamos y no pudimos. Y nos decimos "NO PUEDO....NO PUEDO Y NUNCA PODRÉ".
El joven reflexionó sobre esto y se prometió encontrar las estacas a las que sin saberlo, si duda él también estaba atado.

¿Sabes tú cuales son las tuyas?..........




"No digas imposible. Di que no lo has hecho todavía"
(Proverbio Japonés)